Advertencia
preliminar al articulo "Los bakuninistas en acción"
Para
facilitar la comprensión de la siguiente Memoria, consignaremos aquí
unos cuantos datos cronológicos. El
9 de febrero de 1873, el rey Amadeo, harto ya de la corona de España,
abdicó. Fue el primer rey huelguista. El 12
fue proclamada la República. Inmediatamente, estalló en las
Provincias Vascongadas un nuevo levantamiento carlista.
El
10 de abril fue elegida una Asamblea Constituyente, que se reunió a
comienzos de junio, y el 8 de este mes fue
proclamada la República federal. El 11 se constituyó un nuevo
ministerio bajo la presidencia de Pi y Margall. Al
mismo tiempo, se eligió una comisión encargada de redactar el
proyecto de la nueva Constitución, pero fueron
excluidos de ella los republicanos extremistas, los llamados
intransigentes. Cuando, el 3 de julio, se proclamó
la nueva Constitución, ésta no iba tan lejos como los
intransigentes pretendían en cuanto a la desmembración
de España en «cantones independientes». Así, pues, los
intransigentes organizaron al punto alzamientos
en provincias. Del 5 al 11 de julio, los intransigentes triunfaron en
Sevilla, Córdoba, Granada, Málaga,
Cádiz, Alcoy, Murcia, Cartagena, Valencia, etc., e instauraron en
cada una de estas ciudades un gobierno
cantonal independiente. El 18 de julio dimitió Pi y Margall y fue
sustituido por Salmerón, quien inmediatamente
lanzó a las tropas contra los insurrectos. Éstos fueron vencidos a
los pocos días, tras ligera resistencia;
ya el 26 de julio, con la caída de Cádiz, quedó restaurado el
poder del Gobierno en toda Andalucía y, casi
al mismo tiempo, fueron sometidas Murcia y Valencia; únicamente
Valencia luchó con alguna energía. Y
sólo Cartagena resistió. Ese puerto militar, el mayor de España,
que había caído en poder de los insurrectos
junto
con la Marina de Guerra, estaba defendido por tierra, además de por
la muralla, por trece fortines
destacados
y no era, por tanto, fácil de tomar. Y, como el Gobierno se guardaba
muy mucho de destruir su propia base
naval, el «Cantón soberano de Cartagena» vivió hasta el 11 de
enero de 1874, día en que por fin capituló, porque,
en realidad, no tenía en el mundo nada mejor que hacer.
De
esta ignominiosa insurrección, lo único que nos interesa son las
hazañas todavía más ignominiosas de los anarquistas
bakuninistas; únicas que relatamos aquí con cierto detalle, para
prevenir con este ejemplo al mundo contemporáneo.
0 comentarios:
Publicar un comentario