Introducción
1. Nuevas Tareas
Cinco años después de
la caída del muro de Berlín y del despliegue de una gigantesca ola
de demagogia sobre los temas “democracia, libertad y derechos del
hombre”, todas las contradicciones fundamentales del mundo se han
agudizado.
La situación de las
masas del tercer mundo es cada día más intolerable: hambre,
explotación a ultranza, miseria, dictaduras terroristas,
intervenciones militares exteriores...
La crisis económica
mundial agrava de forma dramática las condiciones de vida y de
trabajo de las masas en los países imperialistas. La gran burguesía
busca una salida en el racismo, el nacionalismo, el fascismo y la
guerra.
En un mundo ya
completamente repartido entre los monopolios, una nueva lucha
planetaria por el nuevo reparto se está ya desarrollando, mientras
que las contradicciones entre los Estados Unidos, Japón, Alemania y
Rusia, se van acentuando.
La catástrofe alucinante
y sin precedentes en la historia que viven Rusia, Yugoslavia y los
antiguos países socialistas, puede llegar a desestabilizar al mundo
entero. En tanto que sistema económico y político, el capitalismo
ya no es capaz de ofrecer un porvenir humano a la humanidad.
El fascismo hitleriano no
fue un accidente de la historia, sino que expresaba la naturaleza
profunda del imperialismo llegado a su madurez. La experiencia
fascista hitleriana demuestra que la gran burguesía no retrocede
frente a ningún crimen, por infame que sea con tal de mantener su
dominación de clase. Esta constatación general fue confirmada nada
más ser vencido el fascismo, por al destrucción nuclear de
Hiroshima y Nagasaki y por las agresiones contra Corea y el Vietnam..
El genocidio ruandés nos mostró la verdadera faz del imperialismo
franco-belga.
No obstante, este sistema
criminal e inhumano no desaparecerá espontáneamente. No hay ningún
límite a la bestialidad del sistema imperialista: sólo la
insurección popular y la revolución socialista pueden poner fin a
este bestial sistema. En esta revolución, el factor subjetivo, es
decir, el partido comunista, su línea y la fuerza de su
organización, desempeñan el papel principal.