martes, 23 de octubre de 2012

Libro| El Partido de la Revolucion - Ludo Martens


Introducción

1. Nuevas Tareas

Cinco años después de la caída del muro de Berlín y del despliegue de una gigantesca ola de demagogia sobre los temas “democracia, libertad y derechos del hombre”, todas las contradicciones fundamentales del mundo se han agudizado.
La situación de las masas del tercer mundo es cada día más intolerable: hambre, explotación a ultranza, miseria, dictaduras terroristas, intervenciones militares exteriores...
La crisis económica mundial agrava de forma dramática las condiciones de vida y de trabajo de las masas en los países imperialistas. La gran burguesía busca una salida en el racismo, el nacionalismo, el fascismo y la guerra.
En un mundo ya completamente repartido entre los monopolios, una nueva lucha planetaria por el nuevo reparto se está ya desarrollando, mientras que las contradicciones entre los Estados Unidos, Japón, Alemania y Rusia, se van acentuando.
La catástrofe alucinante y sin precedentes en la historia que viven Rusia, Yugoslavia y los antiguos países socialistas, puede llegar a desestabilizar al mundo entero. En tanto que sistema económico y político, el capitalismo ya no es capaz de ofrecer un porvenir humano a la humanidad.
El fascismo hitleriano no fue un accidente de la historia, sino que expresaba la naturaleza profunda del imperialismo llegado a su madurez. La experiencia fascista hitleriana demuestra que la gran burguesía no retrocede frente a ningún crimen, por infame que sea con tal de mantener su dominación de clase. Esta constatación general fue confirmada nada más ser vencido el fascismo, por al destrucción nuclear de Hiroshima y Nagasaki y por las agresiones contra Corea y el Vietnam.. El genocidio ruandés nos mostró la verdadera faz del imperialismo franco-belga.
No obstante, este sistema criminal e inhumano no desaparecerá espontáneamente. No hay ningún límite a la bestialidad del sistema imperialista: sólo la insurección popular y la revolución socialista pueden poner fin a este bestial sistema. En esta revolución, el factor subjetivo, es decir, el partido comunista, su línea y la fuerza de su organización, desempeñan el papel principal.



Libro| Tres años de lucha - Jose Diaz


“Tres años de lucha” es el único documento que tenemos para intentar juzgar la capacidad y la importancia de uno de los mejores, si no el mejor, de los cuadros comunistas que se han formado en la península ibérica.
Todos los españoles y en especial los comunistas y militantes podemos y debemos aprender y extraer las lecciones necesarias de este conjunto de textos, discursos y experiencias que nos quedan de José Díaz.


Libro| Bakunistas en accion - F. Engels


Advertencia preliminar al articulo "Los bakuninistas en acción"

Para facilitar la comprensión de la siguiente Memoria, consignaremos aquí unos cuantos datos cronológicos. El 9 de febrero de 1873, el rey Amadeo, harto ya de la corona de España, abdicó. Fue el primer rey huelguista. El 12 fue proclamada la República. Inmediatamente, estalló en las Provincias Vascongadas un nuevo levantamiento carlista.
El 10 de abril fue elegida una Asamblea Constituyente, que se reunió a comienzos de junio, y el 8 de este mes fue proclamada la República federal. El 11 se constituyó un nuevo ministerio bajo la presidencia de Pi y Margall. Al mismo tiempo, se eligió una comisión encargada de redactar el proyecto de la nueva Constitución, pero fueron excluidos de ella los republicanos extremistas, los llamados intransigentes. Cuando, el 3 de julio, se proclamó la nueva Constitución, ésta no iba tan lejos como los intransigentes pretendían en cuanto a la desmembración de España en «cantones independientes». Así, pues, los intransigentes organizaron al punto alzamientos en provincias. Del 5 al 11 de julio, los intransigentes triunfaron en Sevilla, Córdoba, Granada, Málaga, Cádiz, Alcoy, Murcia, Cartagena, Valencia, etc., e instauraron en cada una de estas ciudades un gobierno cantonal independiente. El 18 de julio dimitió Pi y Margall y fue sustituido por Salmerón, quien inmediatamente lanzó a las tropas contra los insurrectos. Éstos fueron vencidos a los pocos días, tras ligera resistencia; ya el 26 de julio, con la caída de Cádiz, quedó restaurado el poder del Gobierno en toda Andalucía y, casi al mismo tiempo, fueron sometidas Murcia y Valencia; únicamente Valencia luchó con alguna energía. Y sólo Cartagena resistió. Ese puerto militar, el mayor de España, que había caído en poder de los insurrectos
junto con la Marina de Guerra, estaba defendido por tierra, además de por la muralla, por trece fortines
destacados y no era, por tanto, fácil de tomar. Y, como el Gobierno se guardaba muy mucho de destruir su propia base naval, el «Cantón soberano de Cartagena» vivió hasta el 11 de enero de 1874, día en que por fin capituló, porque, en realidad, no tenía en el mundo nada mejor que hacer.
De esta ignominiosa insurrección, lo único que nos interesa son las hazañas todavía más ignominiosas de los anarquistas bakuninistas; únicas que relatamos aquí con cierto detalle, para prevenir con este ejemplo al mundo contemporáneo.


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